Uno de los principales problemas a los que se enfrenta las personas con problemas de salud mental y los familiares que conviven con él suelen ser el gran aislamiento físico y social que sufren. Ya sea crónico o puntual en el tiempo, este aislamiento trae consigo graves problemas para la propia persona con problemas de salud mental, para los familiares y para la estabilidad y armonía en la convivencia. De entre otros problemas encontramos el agravamiento de la evolución de la enfermedad, recaídas, apatía, descontrol emocional, problemas de sueño, falta de adherencia al tratamiento, falta de cuidado personal, dejadez,...

 

Por diversas problemáticas, en muchas ocasiones este aislamiento y la falta de conciencia de tener un problema de salud mental, hace que la recuperación sea más difícil de conseguir. Además, la carga que sufre las familias, por el desconocimiento y la falta de herramientas que puedan facilitar y ayudar a su familiar afectado hacen que la convivencia y el bienestar de toda la familia sea descontrolado.